SER ESCRITORA 

28/04/2022


Bueno, no mentiré que "la carrera" como tal de ser escritor, no es algo cuesta arriba, al contrario. Sin embargo, serlo es parte de mi identidad y lo quizá lo seré siempre.

Los obstáculos han sido muchos, pero no imaginen que los externos (que sí, los hay, claro), si no los internos, el cómo interpreto los externos, por ejemplo. Dedicarme a esto ha hecho que vaya de un lugar a otro en mi mente, intentando entender, comprender y sentirme parte de... Todo afuera, pero olvidé que la cosa es hacia adentro y que no importa lo que alrededor ocurra, que lo que me movía antes de mostrar lo que hacía, estaba ahí y debía recurrir a ello, pero también debía pasar por todos los momentos (me faltan muchos más) complicados, maravillosos, amargos, increíbles.

El proceso de recuperar lo que una vez fui, dentro de mí, lo que una vez me motivó, ha sido duro, no ha terminado de hecho, pero al fin lo toco con la punta de mis dedos. Se siente realmente bien, una nueva conquista en mi vida.

Hoy estoy aquí, con cierto temor, no mentiré, porque la verdad pretendo que las cosas sean diferentes para mí, en el buen sentido. Divertirme más, gozarlo más y respetarme más. Así que este año lo estoy dedicando a aprender, me he inscrito en cursos, rehaciendo todo lo que ya tenía, desde libros que escribí y que se están corrigiendo, cambiando portadas, hasta decisiones que poco a poco se irán notando que me han dado paz, tranquilidad. Tengo proyectos a borbotones, y ya no tengo el pretexto del tiempo, porque lo tengo. Así que cada uno llegará en su momento y pretendo disfrutarlos como una loca, junto con ustedes, si es posible.

En este momento puedo decir que me he conquistado, o por lo menos, estoy en ello de una manera que nunca me imaginé y me hace feliz. Bien dicen que lo único constante es el cambio y tengo la fortuna de constatarlo. Fácil no es, pero cuando ves hacia atrás, notas lo mucho que avanzaste. Nada peor que sentirse estancado, lo sé por experiencia, o siendo algo que no reconozco, sí, también lo he vivido.

Escribir, para mí, es un proceso que requiere disciplina, sin duda, pero también lealtad hacia uno mismo, dejar a un lado prejuicios, miedos, expectativas y perfeccionismo, es un proceso de desnudez. Es ser tú, sin barreras, y permitir que tu mente, tus manos, se unan a tu creatividad y den vida a eso que ronda en tu cabeza. Es guerra contra los fantasmas que implican saber que alguien lo leerá y que podría estar o no de acuerdo, que podría o no gustarle y, aun así, escribirlo porque ¡eh!, noticia, eso irremediablemente sucederá en mayor o menor escala y no debe tener injerencia en ese proceso de "desnudez", porque es solo tuyo, porque en ese momento no hay nada más importante que eso, porque no cabe nada más que eso.

Ese momento íntimo lo he defendido, lo saben quienes me han leído por años, pero aquella vorágine absurda a veces jala y caí en el error de compartirlo para que, según yo, me ayudara esa presión a terminar alguna historia en desarrollo, lo cierto es que permití entrar en mi proceso a terceros que no, no debían -desde mi punto de vista- estar ahí, y dolió sentirme expuesta.

Escribir, para mí, (cada escritor puede sentirlo diferente y es genial) es una danza entre dos, de esas que surgen de escuchar una balada lenta, que te envuelve en un mundo de sensaciones y te hace sentir capaz de muchas cosas, en mi caso, de sacar esa historia que ronda en mi cabeza, esas ideas que tengo, las inquietudes, ansías y fantasías, eso es para mí escribir. Por lo tanto, sé cuando el proceso perdió su magia, cuando dejó de ser una danza para convertirse en un bailable de muchos participantes donde mis pensamientos, sentimientos e ideas se diluyen entre las muchas que, por miedo, permití entrar.

Así que regreso a ese proceso, no sin estrategias, una de ellas es que me di este año para no escribir nada, me dije: Ana, este año edita, corrige, retoma tus asuntos con alegría, date tiempo para ti, descubre otras maneras y diviértete avanzando, por supuesto, no ha sido así de fácil, porque bastó para decirlo para querer sentarme y sacar todo lo que se me ocurre, y ¿qué creen? Como ya no soy la de antes, como fluyo, no me lo prohibiré, siempre y cuando sea por pasión, porque en la boca del estómago se arremolinan esas ganas ridículas de darle vida a esos personajes, a esas historias, mientras sea un proceso que sea mío, que me haga sentir viva, muy viva, que al cerrar los ojos piense en eso, que despierta piense en eso. Si es así, tengo mi permiso, y si eso pasa, entonces también tengo mi permiso para dejarlo estar y seguir con mis proyectos, mis pendientes.

Al inicio dije que esto es una "carrera", lo entrecomillé porque creo que esto sea una carrera, una profesión, pues sí, pero carrera, no. Lo cierto es que en eso se ha convertido, en una tortuosa, temible y monstruosa carrera, porque no olvidemos que sí, esto es pasión, amor, pero es también un negocio y noticias, en mi caso mi trabajo, de donde vivo, y sé que no soy la única, eso te mete muchas veces en la dichosa carrera, entonces debes lograr, debes mantenerte, debes crear, debes estar presente, debes, debes, debes. Y si quieres, y si puedes, no importa, porque los demás no se detienen y ¿cómo mi*erdas tú te quedarás atrás? El ego grita que NO, que no puede permitirse tal cosa, el cuerpo dice: no puedo, me siento agotado, la mente dice: ¡eres un perezoso! Dale, aunque no tengas ganas, aunque no te nazca, aunque estés ansioso de otra cosa. Y entonces, la guerra comienza, porque siempre, SIEMPRE habrá quien vaya más adelante, SIEMPRE, y siempre habrá quien vaya más atrás. Unos te alcanzarán, otros te superarán por mucho, por poco, por un montón, entonces... todo se cae y llega la desmotivación, criticarse, cuestionarse hasta las cosas más sensibles de tu propia personalidad. NO COMPITAN. Por favor no lo hagan, es la receta perfecta para ser infeliz, se los aseguro. Y no se mientan diciendo que no lo hacen.

Caminos hay muchos, todos los que se te ocurran, toma el que te dé paz, el de la compasión, el de avanzar sin siquiera compararte con el tú de hace unos meses, o años, porque seguro has cambiado desde aquel entonces, tu vida, las circunstancias. Solo avanza deleitándote del paisaje, aprendiendo de los errores que te alcanzan, escuchándote y sintiendo.

Podrán decir, claro, lo dices porque tú ya "has logrado" algunas cosas, y sí, no lo negaré. Fue bueno, me gustó y aprendí mucho de cada una. Pero también, como saben, hay quienes "han logrado" mucho más, y lo entrecomillo, porque en mi caso, eso que "logré", no me di cuenta hasta después, cuando ya había todo tomado un cauce más sereno y ni tiempo me dio de asimilarlo cuando, el dichoso cambio, se hizo presente y lo cambió todo. Y bueno, volviendo a esas personas, también tienen sus problemas, sus situaciones que afrontar y debemos entender que la vida no es "cuando logre tal", seré feliz, estaré bien, me sentiré de tal o cual manera. Nop, la vida es este momento en el que me lees, es el proceso. Ahí está lo valioso, y otra noticia, todos estamos en proceso de... Algo, lo que sea. Así que en el punto del camino que estés, abre los ojos, disfruta, deja la soberbia, aprende a cambiar de opinión, escúchate y sobre todo, respétate. Será más sencillo. Se los aseguro. Y dejen a esas personas (músicos, diseñadores, autores, cantantes, actores) disfrutando de lo que les ocurre, que no, no les está ocurriendo a ustedes, y quien sabe si les ocurra eso específicamente, pero te puedo prometer que en este momento te están ocurriendo también cosas importantes, nótalas y abrázalas. Esas son las tuyas, aprécialas.

Quiero ser mi mejor versión de escritora para mí, sí esa es una meta, pero porque el proceso de serlo es lo que realmente me da paz, me conecta conmigo, resuena conmigo, e irá cambiando. Así que, como no tengo con quien compararme, solo tengo mi camino, avanzar, y ese es un camino tan mío que no tiene tintes de otros, quizá inspiración, o consejos, pero no es el mismo y planeo que no lo sea jamás.

Soy autora de drama y romance, eso amo, eso me conecta, pero no sé si lo seré siempre, solo sé que escribir está en cada uno de mis dedos, de mis pensamientos y que me da plenitud.

Ojalá te defiendas a ti mismo como defiendes a los demás, muchos de ellos, que quizá nunca conocerás.